Telones que bajan

Ya te siento como un comediante de feria, entretienes, haces tu show con algún que otro truco vistoso e imperceptible para quien no te conoce y te marchas con un aplauso apoteósico.
Me gusta haberte sentido así, porque solo de esa manera entendí que no quiero una historia original, inventada, ni fantasiosa, para eso está el cine, no quiero vivir atípicamente ni vivir tu vida. Soy anormalmente común, lloro con Titanic, y no necesito una aventura en la jungla para sentirme libre.
Me gusta haberte conocido y descubrir que hay otras maneras de sentir y de querer, que la atracción física es descomunal y muy animal, que me ruboriza, y es maravillosa, pero en cierta manera se necesita algo más que sostenga todo y ese todo pasó de largo entre nosotros, o quizás nunca llegó a pasar y creímos que sí.
Esos decorados de cartón piedra servirán para quien tú quieras que sirva, pero no para mí.
Pasaron y pasarán otros, historias en más o menor medida, pero ahora toca bajar tu tupido telón para una nueva función.