Ojalá 18.


Ojalá volviera a los 18 años, y si me apuras a los 17, donde las responsabilidades se limitaban y las expectativas eran de una inmensidad inabarcable.  Antes Tenía un sueño para cada mes, ahora cada mes tengo sueño acumulado.

Bostezo sin sueño.



Estás en la cama intentando atrapar un sueño que no llega, tu mente, en otro espacio,  intenta resolver el mundo con ideas que pueden ser, o la gran gilipollez o la mayor ocurrencia de tu vida.
Es ese momento en el que te conviertes en un poeta del 27, un erudito del pensamiento, o simplemente un loco de atar.


Eyes Wide Open




Así que este es el final de la historia.
Todo lo que teníamos, todo lo que hicimos está enterrado en el polvo,
  yeste polvo es todo lo que queda de nosotros.

Sin embargo, pocos son los que preocupan.
A pesar de que las señales eran claras, no tenían ni idea.
Te acostumbras a vivir con miedo o a renunciar  
cuando ni siquiera puedes imaginar tu futuro.

Caminamos por la borda con los ojos bien abiertos.

Algunas personas ofrecieron respuestas,
hacíamos como que oíamos, pero eran sólo palabras
que no tenían sentido para cambiar la forma en que vivíamos.

Y lo más triste,
es que todo esto podría haberse evitado.
¿Y por qué iba yo a hacer un cambio si tú no lo hacías?
Estamos todos en el mismo barco, manteniéndonos a flote,  por el momento.


Un día de más

Sin saber el porqué de muchas cosas, ignorante ante el mundo, sin más aspiraciones que la de vivir, ya sea aquí, allá o en ninguna parte; sin más aspiraciones que la de cumplir sueños que van cambiando, “ayer deseé que…” “hoy quiero que…” y mañana, bueno mañana, lo habré olvidado.


Noche





Noche, es aquella, la del vestido negro que seduce con sus ojos brillantes, la que te incita al secreto, al sueño y al exceso; la que enciende luces anaranjadas para que la podamos ver, pero… ¡qué mentirosa! Siempre desaparece.
Es la que te invita a un vaso de ron y te pregunta si lo ves medio lleno o medio vacío. Al rato lo ves desbordado.
Aquella que despierta la pasión de los amantes y engaña al silencio.
La que te acaricia mientras duermes y te abofetea en cada pesadilla.

En el rincón de las cosas pequeñas

 En el rincón de las cosas pequeñas aún queda un ápice para pensar:

  El camino de una persona se puede quebrar tantas veces como minutos al día, y teniendo en cuenta el paso descomunal del tiempo, esquivar las grietas es algo complicado. Seguir un rumbo decididamente, y no saber si está marcado o si es el correcto, asusta; seguir sin saber a dónde ir, es absurdo, pero asusta saber que lo absurdo a veces supera lo lógico.
 Oí una vez, que “perderse es el principio de encontrarse”. No se puede dar un significado a esta frase, pues las palabras perder y encontrar son tan antónimas pero tan dependientes la una de la otra, que acaban inutilizando su sentido estricto.
Nos enseñan desde pequeños a que si quieres algo, tienes que intentarlo al menos. Pero la suerte, providencia o el Dios en el que creas determina muchas cosas que tú como persona no puedes abarcar.
Escuchas la palabra superación, avance o progreso constantemente, es la moda en esta época, donde se inventan muchas cosas, o lo que ya está inventado se intenta mejorar, pero hablan de mejorar máquinas, no mejorar personas. Ver más allá de la pantalla de un móvil u ordenador se queda obsoleto, las formas de las nubes ya no son interesantes.
 Al encender la televisión, las verdades se quedan a medias, ese mundo que vemos tan caótico se convierte en artificio.
Guerras, desolación y tanta maldad que hace llorar al más fuerte y rudo de todos los hombres.